viernes, 30 de agosto de 2013

Tan infame.


Por Roberto C. Holguin.

Siguiendo los pasos de este paso,
encuentro duros carrizos
clavados y cortados
la intención los hizo volverse un
obstáculo más en el piso.

Reconozco los sonidos que hacen,
de noche los encuentro y choco con
el soplo de las hojas,
queriendo regresar a los carrizos.

Me estaco en el piso como uno de
ellos, siento... la humedad
me acoge, los gusanos me carcomen,
pero nunca dejo de sentir.
El cielo tan trivial, buscando
alejarnos de la tierra, siempre
buscando distraernos, pero nunca
se atreve a acercarse a nosotros;
como la extraño.

Yo deseo ya por fin, sentirme en
ese catatónico momento donde te
veo y reencuentro, viajando
por memorias y diversos mares
se hunden los más estúpidos,
¿por qué no dejarlos ir?.

Si los mares fueran tan poderosos,
y las olas tan temibles... 
arriesgo mi vida por cruzar y ver.
Ver lo que tanto soñaba enterrado,
y no sólo flotar como vara sin 
deriva.

Espero ese mar anodino y hermoso,
pero espero más me perdone la libertad
por encasillarla.

-"Regreso en mí, y me doy cuenta que sigo enterrado..."-.